jueves, 30 de agosto de 2012

Salmón con Mandarina





Salmón con mandarina

Malucha Pinto 
Publicado el 13 de Marzo, 2012
Jueves de noche con luna llena
Láncese desnudo y sin oxigeno al mar tormentoso
azul
profundo
(Ese mar en el que viven monstruos marinos y sirenas peligrosas. ¿Se atreve?)

Detecte con sutileza un cardumen de salmones. Con buen ojo y poca vergüenza descubra a la salmona más bella y lustrosa.
Atráigala con cantos y poesía de Benedetti
Una vez que la tenga en sus manos admírela
acaríciela
(como nunca antes ha acariciado)
Háblele al oído
dígale que se la quiere comer entera
disfrutarla
saborearla con la punta de la lengua

Póngala en una bandeja de plata antigua y espléndida y déjela ahí macerarse con sal del mar rojo y leche recién ordeñada. Agregue unos ajillos blancos previamente cortados por el filo certero de un buen cuchillo, algo de cilantro, no demasiado. Que ella repose y absorba las fragancias y sabores.

Viernes azul de amanecida:
Usted salga al campo dejándose guiar por su olfato profundo. Cuando sienta olor a mandarinas, ¡entréguese! Llegue hasta ese árbol de hojas puntiagudas y espinas imperceptibles pero peligrosas. Trepe como si se le fuera la vida hasta el brazo más alto. ¿Ve esa mandarina brillante, anaranjada? ¿Siente su aroma? ¡Cójala de un zarpazo! Ella será la que abrirá el misterio e irán cayendo de a una en una las redondas de cáscara blanda. Cuanto tenga cincuenta preciosas y olorosas, busque un canasto y lléveselas.

Viernes caliente, bajo el sol del mediodía:
Ya en la cocina, pártalas y gócelas. Embelécese con sus colores, apriételas suave y llénese la boca de su jugo agridulce. Cuando por su sangre navegue la esencia de esas frutas celestiales, adéntrese en su carne y extraiga ese jugo divino.

Viernes a la hora del lobo:
Llegó la hora de encontrarse la salmona colorada con el jugo oloroso de la fruta. Antes acaricie a la anímala de mar con mantequilla fresca. Hágalo por fuera y por dentro, sin olvidar un solo poro, un solo recodo de existencia. Luego derrame, lento, lento, la mitad del zumo naranja y dulce. Déjelos ahí conocerse, amalgamarse, desentrañarse. No los mire, haga como que no escucha el coloquio febril de la cópula perfecta. Usted, encienda el horno, no demasiado. Que sea a un ritmo lento y sostenido.

Viernes noche profunda:
¡Llegó la hora bendita! La boca del horno espera para completar la magia. Introduzca a la salmona como bailando, con esmero y delicadeza. Esté muy atento. Ni un minuto más, ni uno menos. Y mientras ella se cocina sin apuro, usted con el jugo que guardó, haga una salsa con maicena.

En una olla pequeña deje caer el zumo de las mandarinas olorosas y vaya agregando el polvo blanco y suave que luego se hará espeso. No deje de revolver y susurrar arrebatos, inmundicias, bestialidades que despedacen y hagan reír a carcajadas. Al final un golpe de vodka y algo de jengibre recién rallado.

La bella ya está lista, casi cruda, apenas cocida. Sobre ella derrame la salsa y espolvoree un algo de chasca indómita de un cebollín recién cosechado.
Buen apetito.


martes, 14 de agosto de 2012

Hoy por ti mañana por mi





Yo cansado, tú perdida,

nos curamos las heridas con ají.
Hoy por ti, mañana por mí

Si caminas yo te sigo,
si te cansas hago un nido en el arcén.
Hoy por tí, mañana también

En tus sueños me desvelo,
con tus alas alzo el vuelo
Tú la flor, yo el colibrí,
Hoy por ti, mañana por mí
Hoy por ti, mañana por mí
Hoy por ti, mañana por mí

Si estás triste
yo te invento cuatro caricias y un cuento.

Ni te tiro de las riendas,
ni me piro con las prendas que ofrecí.
Hoy por ti, mañana por mí
No me mientas que te creo,
por las cuentas del deseo muere el pez
Hoy por ti, mañana tal vez.

Y al contrario y viceversa
Y en la buena y en la adversa
Del derecho y del revés
Tu primero, el mundo después
Tu primero, el mundo después
Tu primero, el mundo después

Tu tan joven, yo tan viejo
Le dijo el monte al conejo
Arrebujado en tu manta
Le imploro al gallo que canta
Kikirikí
Hoy por ti, mañana por mí

No te mueras si me muero
no me hagas con mi dinero un funeral
guárdalo para el carnaval

El amor no tiene cura
Y es eterno mientras dura
A tope o al ralentí
Hoy por ti, mañana por mí
Hoy por ti, mañana por mí
Hoy por ti, mañana por mí

Más si luego me abandonas
Prendo fuego a Barcelona
En la noche de San Joan
Y aso la costilla de adan
Mi amor, mi cómplice y mi todo
Y en la calle codo a codo
Somos muchos más que dos
Hoy por ti, mañana por vos
Hoy por ti, mañana por vos
Hoy por ti, mañana por vos
Hoy por ti, mañana por vos

martes, 10 de enero de 2012

Como una Luna en el agua



Toco tu boca, con un dedo todo el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos, donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
( Fragmento de Rayuela de Julio Cortázar)